Es necesaria una reforma en la Universidad de Puerto Rico (UPR).

Es necesaria una reforma en la Universidad de Puerto Rico (UPR).

Por los pasados años por diferentes medios e infinidad de ocasiones he señalado que la UPR además de estar en quiebra económica y fiscal está en quiebra administrativa y académica. No ha habido en la administración universitaria la disposición, la capacidad ni la valentía para hacer lo que hay que hacer. 

El pasado presidente de la institución Luis A. Ferrao quien ante la situación de quiebra de la isla tenía la responsabilidad de tomar las medidas necesarias para reducir gastos en la universidad no lo hizo y se limitó a asistir a las vistas de presupuesto en la legislatura a pedir más dinero. Esto ha sido una desgracia en una institución que tiene 11 recintos a veinte minutos uno de otro (en promedio) cada uno de ellos con una duplicada y costosa administración, una rampante burocracia y gran cantidad de programas académicos obsoletos, sin demanda de estos por parte de los estudiantes, en una constante menguante matrícula estudiantil que en dos décadas ha bajado de 60,000 estudiantes a alrededor de 38,000. Ante esta situación de pérdida estudiantil una de las medidas a las que se le temió implantar fue integrar o reducir el número de recintos. 

Y lo que es todavía peor, a pesar de la perdida de estudiantes se pretendió por la administración tener el mismo o mayor presupuesto institucional dependiendo principalmente de los fondos del Estado. Esto es imposible pues el gobierno local está pasando por los serios problemas de una monumental quiebra que precisamente requirió que el Congreso aprobara la ley PROMESA que ordenó la creación de la Junta de Supervisión Fiscal para tratar de resolverla. Pero nada de esto le importó a la actual administración de la UPR. Al contrario, estaban deseosos por que se fuera ya la Junta de Supervisión Fiscal para continuar la situación de irresponsabilidad fiscal que nos llevó a la quiebra per cápita más grande del mundo y con ella a la quiebra de la UPR. 

Ante esta situación, el pasado presidente de la Universidad, con su cuerpo de Rectores, tenía la responsabilidad de identificar, buscar y allegar fondos para financiar la actividad de la institución y diversificar el portafolio de fuentes que utiliza para financiar sus operaciones y crecimiento. Ese portafolio debe contener y desarrollar en forma proactiva las siguientes fuentes de recursos, en adición a los fondos que provienen del Estado: 1)Matrícula y Cuotas; 2) Donativos y Fondos Externos para la Investigación y Enseñanza; 3) Fondos Generados por la Autogestión y la Práctica Intramural; 4) Donaciones y Fondo Dotal; 5) Comercialización de la Propiedad Intelectual; 6) “Creación de Corporaciones Universitarias que sean auto liquidables o generen ganancias para dar servicios y/o generar productos que sean cónsonos con la misión de la UPR.

 

He señalado que, ante este cuadro, la UPR tiene que hacerse más pequeña, más pertinente y de mayor calidad. Sin embargo, esa no fue la posición del saliente presidente Ferrao, quien cuando era candidato a la presidencia señaló que con él no contaran para reducir, integrar recintos, ni eliminar programas. Daba la impresión que estaba en su posición para pedir más dinero para la institución, sin propiciar ni producir cambios necesarios y esperar cómodamente su retiro.

Ante esa quiebra institucional, la ineficiencia, incapacidad y cobardía a todos los niveles de la alta gerencia, el obvio deterioro institucional y la sindicalización de los profesores, para evitar el colapso de la institución, su sindicatura o venta a un consorcio de universidades privadas es a mi juicio necesario con un sentido de urgencia resolver una serie de urgentes asuntos para restituir la institución al sitial que se requiere para la sociedad puertorriqueña. Veamos:

 Desde hace más de ocho años se sabe que hay una enorme cantidad de programas académicos – más de 100- que están duplicados, que han perdido pertinencia y no tienen demanda por parte de los estudiantes, pero esta situación no se abordó hasta hace unas semanas y se hizo de forma unilateral por parte del presidente saliente lo que provocó el rechazo de prácticamente toda la comunidad universitaria. Es necesario urgentemente revisar, modificar, integrar y eliminar aquellos cursos que no proceda conservarse.

-Es necesario instituir nuevos programas académicos de corta duración por los cuales existe hoy una gran demanda.

-Es necesario integrar administrativa y académicamente recintos que están a distancias de 15 y 20 minutos unos de otros, con costosa duplicidad. Un ejemplo es el recinto de Utuado. Ese recinto, que no se justifica en su actual estado con un presupuesto de $15 millones anuales, con una capacidad para 3,000 estudiantes, tuvo el pasado año una matrícula de alrededor de 289 estudiantes, a un costo prohibitivo de alrededor de $53,000.00 anuales por estudiante, con una tasa de graduación de sólo 18%.

-Se debe restituir el College Board e implantar otras medidas para estimular el reclutamiento y matrícula de estudiantes a la institución. Ante la pérdida de estudiantes sufrida por la institución este requisito (College Board) se eliminó, lo que ha tenido el efecto de reducir la calidad de los estudiantes que se reclutan sin aumentar sustantivamente el estudiantado. 

-Es necesario prestarles atención a los constantes señalamientos de la Junta de Supervisión Fiscal a Ferrao por el mal manejo de los fondos que se le asignan a la institución y a la realidad que el director ejecutivo Robert Mujica le señaló que la cantidad de estudiantes matriculados en la institución ha disminuido en 32 % desde el año 2017 pero el presupuesto ha disminuido por solamente 8%. Igualmente, cómo desde el 2022 los fondos a la institución han aumentado anualmente.

-Es necesario tomar seriamente en consideración el hecho de que en las universidades públicas de los Estados Unidos el promedio de asignación de fondos estatales a esas constituye el 25 % del presupuesto de la institución, mientras que en Puerto Rico esta asignación constituye el 75 % del presupuesto de la UPR. 

-Es necesario y urgente instituir programas efectivos de búsqueda de recursos económicos por parte de los exalumnos y de las empresas privadas como los que tienen otras universidades locales. Ante la actual situación de crisis fiscal del Estado, no se puede limitar a exigir que el Estado continúe sufragando la institución al mismo nivel de hace tres décadas.

-Según le recordara Robert Mujica a Ferrao que, en la notificación de la JSF durante el proceso de certificación del presupuesto del 2025, él no había presupuestado $14.7 millones para cubrir los costos de las cuotas anuales ni los gastos de las visitas de evaluación y acreditación de 258 acreditaciones en los 11 recintos y se los solicita a la JSF es necesario hacerlo. Le señaló además que es necesario establecer prioridades a tono con la misión de la universidad y que esto requiere decisiones difíciles para cumplir con los retos institucionales.

– Es necesario establecer unidades académicas en distintos estados de la unión como Florida para cubrir por las necesidades de educación universitaria de los puertorriqueños e hispanos que allí residen. La UPR, distinto a otras instituciones privadas, no lo ha hecho mientras universidades privadas locales lo han hecho con éxito. 

-Es necesario establecer un recinto virtual como el que el Dr. Norman Maldonado había diseñado y estructurado para educación a distancia de los estudiantes.

 -El 27 de octubre pasado gracias a la ineptitud de Ferrao se sindicalizó el profesorado de la UPR. Con esta acción Ferrao  permitió que la UPR se esté convirtiendo aceleradamente en una universidad a la usanza de las deficientes universidades latinoamericanas donde predomina el cogobierno, mientras que todos los presidentes anteriores siempre estuvimos a favor del modelo norteamericano de gobernanza. Esto requiere constante monitoreo que evite las posibles funestas consecuencias de esta acción.

Ha quedado ampliamente demostrada durante los pasados años la incapacidad de la actual administración de la UPR para trabajar frente a los retos que se le presentan al presente y los que se les presentarán en los próximos años. La Institución merece una administración de excelencia. Es de la mayor urgencia dársela.

Para enfrentar las actuales circunstancias las características más importantes que a mi juicio deben ostentar tanto el presidente de la UPR como los miembros de la Junta de Gobierno son: poseer y dominar las destrezas gerenciales y administrativas; ser un buen recaudador de fondos; tener un conocimiento cabal de la problemática universitaria fiscal e ideológica actual y más que nada tener un carácter fuerte, poseer gran valentía y el carapacho necesario para tomar las decisiones antipáticas que tendrá que tomar sin que le tiemble el pulso y sin temerles a las críticas y consecuencias. A mi juicio, las características enumeradas estaban ausentes en la actual administración para lidiar con las circunstancias en que se encuentra la institución. 

Durante la noche del pasado jueves 13 de febrero se procedió a nombrar por la Junta de Gobierno al Dr. Miguel Muñoz como presidente interino de la Universidad. Le deseamos la mejor de las suertes. Confiamos en que el Dr. Muñoz pueda iniciar un proceso mediante el cual se comience a revertir la actual situación de la UPR y crear el ambiente y las condiciones para que el presidente en propiedad que posteriormente sea nombrado pueda llevar a cabo la labor de reforma que arriba he señalado y que necesita y malamente requiere la Universidad de Puerto Rico.