Muñoz Marín Recapitula Desarrollo del Pensamiento Poiítico Sobre el Status
. Hubo vece* en que

Muñoz Marín Recapitula Desarrollo del Pensamiento Poiítico Sobre el Status
. Hubo vece* en que
Puerto Rico aparecía ante niis oíos como una Interminable vereda entre montes vegas y caras adatorldas, L.a vereda fue mi casa y mi camino; y ei dolor y el afecto humano mi compañía; y entre el dolor y e/ afecto, como una tenue
^l^tnÜlo, la esperanza,..»
Aprendí epf|la sabiduría de pueblo, la liber tad se e’ntiende como cosa mucho mas honda del corazón,’
de la conciencia, de ta vida
diaria, del surco y el arado y
la herramienta•. .
DiscursopronunciadoporLUISMUÑOZ MARÍN
elDíac)eMuñozRivera^17dejuliodé1951j en Banronquitas,PUERTO RICO^
i


Puerto Rico aparecía ante niis oíos como una Interminable vereda entre montes vegas y caras adatorldas, L.a vereda fue mi casa y mi camino; y ei dolor y el afecto humano mi compañía; y entre el dolor y e/ afecto, como una tenue
^l^tnÜlo, la esperanza,..»
Aprendí epf|la sabiduría de pueblo, la liber tad se e’ntiende como cosa mucho mas honda del corazón,’
de la conciencia, de ta vida
diaria, del surco y el arado y
la herramienta•. .
DiscursopronunciadoporLUISMUÑOZ MARÍN
elDíac)eMuñozRivera^17dejuliodé1951j en Banronquitas,PUERTO RICO^
i

Amigos, compatriotas:
Tanto el momento histórico como el día que conme moramos son propicios para hacer una recapitulación de lo político y lo económico y social en Puerto.^Rico durante los últimos aíYos. Creo que hacerlo arrojara luz no sólo sobre el trabajo de esta generación, sino tam bién sobre el significado de Luis Muffoz Rivera.
En lo político el ensanche que ha podido tener mi propio pensamiento puede servir para ilustrar en alguna forma la manera en que esta generación ha buscado, y a mi juicio está encontrando, la verdad política, el ideal político que más justamente se adapte a la com
plicada necesidad de nuestro pueblo en su gran busca < de la libertad integral—la libertad en todos sus aspec
tos, en vez de limitada a solo algunos: libertad del
miedo al hambre; libertad del miedo a la inseguridad; libertad del temor a que se supriman libertades de los individuos, de.los hogares.
¿Qut es la pafria?
^_La palabra es para que los hombres se entiendan. Pero a veces hav palabras que por un tiempo hacen que
no se entiendan. En nuestro país, la palabra »patria» ha sido una de esas.Posiblemente es el puertorriqueffo, entre todos los seres de la tierra, uno de los que más entrañable cariño le tiene a su país.
La patriatieneelfcaísajpq4^e-a-mamxxs^suscolores^ y las estaciones, el ninr Hp gn tierra que humedece su í lluvia,lavozdesusaguasdequebrada(lademares^ 0iáscomoladetodaslaspatriasquedanalmar),sus \ frutos y canciones y formas de trabajo y de fiesta, sus
platosdecelebraciónylosausterosysocorridoscon /

r
que afronta el sustento de todos los diasj sus flores y hondonadas y veredas-pero, por sobre todo, su gente: el pueblo, la vida, el tono, las costumbres, las maneras de entender, hacer, llevarse unos con otros. Sin eso, la patria es nombre, o abstracción, o a lo sumo paisaje,
►Con la gente: es patria-pueblo. Por eso digo que quie nes profesan amar la patria y desprecian al pueblo sufren un grave enredo de espíritu. Lo sufren—y no de bemos suponer que sea de perversidad o mala fe—quie nes con palabra o por implicación de sus acciones dicen salve la patria aunque se hunda el pueblo!».
El cariffo ha de ser a la patria entera, a la patria-, pueblo, ¿Como no lo hemos de sentir? quién puede decir que hace daffo sentirlo? Es grato ál espíritu, y es enaltecedor, sentir ese cariffo. De lo que tenemos que
resguardarnos ^en el mundo en que vivimos es de con fundir el amor a la patria-pueblo con el concepto fútil
de pequeffo e ingenuo Estado Nacional, No hay manda miento de ley divina o humana que diga que las patrias tienen que estar aisladas, ser suspicaces, vanidosas y cerreras, maquinas generadoras de la desconfianza y
e o lo entre los seres que pueblan la ancha igualdad que hizo el Seffor sobre la tierra.
Pero fuimos muchos los que sufrimos esta confu^ sion entre el cariffo al país, a la gente, a la patria-pue blo, y el concepto estrecho y agrio del Estado Nacional,
s lamos que el amor a Puerto Rico y el deseo
^ ^P^ndencia Aislada eran una misma cosa. No enten amos lo uno sino entremezclado, en forma qu¿
paree a inextricable, con lo otro. Si el sentimiento ha cia a patria era igual que hacia la idea separatista entonces no podíamos concebir que si* la patria era digna e cariffo no lo fuera, simultáneamente, igual]
mente, inseparablemente, el separatismo.

Empezó el díffcil proceso de aclarar ideas sobre esto con la presentación del primer Proyecto-Tydin^s sobre la Independencia Separada de Puerto Rico en 1^6. A^ueL.p.rovecto de lev presentado en el Congreso de Estados Tlnifinc para separar a Puerto Rico de^Esta-
^os Unidos, según lo veníamos pidiendo muchos puer- torriqueffos^ le daba grandes ^olpetazos a nuestra cerra-
da trabg^ój^ de ideas y sentimientos. Por una parte, disponía la Independencia Separada que muchos pedía mos para 1^ patria-concepto; por otra parte, condenaba a la patria-pueblo a nunca salir de la mi^seria extrema, a que se agravara más todavía esa extrema miseria’, a
la desesperación de perder toda salida de la gran,tra gedia económica. Independizaba a la patria-palabra, a lapatria-concepto,ala’patria-abstracción.Y almismo tiempo condenaba al desastre a la patria-pueblo. Una idea que siempre habíamos considerado unitaria—siem
pre habíamos considerado que la patria y su indepen dencia separada eran la misma cosa—de pronto-se nos presento como dos ideas enteramente distintas, una aceptable para la patria-nombre, la otra enemiga mortal de la patria-pueblo. ¡Las dos ideas contenidas en un
mismo proyecto del Senador Tydings, del Congreso de Estados Unidos!
Hemos de o Prr>yprto qiie^ rnn c;i . empezó a obligaxnos^^a-jaa^chos a mayor cuidado sobre si por devotos de la
patria-nombre, estaríamos siendo enemigos de nuestro pueblo, de la patria-pueblo, sin quererlo, por insufi ciencia de pensamiento, por negligencia en el esfuerzo de nuestro espíritu.
Estas cosas no son fáciles de desarraigar de uno mismo, porque, aunque no sean muy difíciles al enten dimiento, encuentran una gran resistencia en las cos tumbres emocionales. Por eso, la primera reacción al

Proyecto Tydings ijo fue cuestionár la Independencia Aislada, sino cuestionar las condiciones de vida eco nómica que imponía el Proyecto Tydings. No era, de-,
ciamos, que la Independencia Separada fuese destruc tora para la patria-pueblo; era que el Proyecto Tydings en SI era malo en sus condiciones económicas..
Razonar y racionalizar
Entendíamos, porque no se le hace difícil a la men te enten erlo, que si fuera verdad que la Independencia
deparada solamente pudiera establecerse bajo condi cioneseconómicasparecidasalasquedisponíaelPro-
^ Independencia Separada, bajo esas con iciones, no sería independencia sino destrucción,
esclavitud a la miseria, para Puerto Rico. Pero las uerzas emocionales dentro de nosotros nos obligaban a uscar acreenciadequepodíahaberotrascondicio-
n ^»»‘a’nente diferentes, buenas para el A A Rico,protectorasdesuesperanzaen
^f^^»■»ctoras de ella, bajo las cuales, natural mente, fueraposible la Independencia Separada.
®sta manera de razonar, o sea a servirse de la justificar la emoción en vez de para buscar
zación.^Tvec^s^l brillantes. Pero nalizar, es lacavo ella A vf..-
Racionali- «»acionalizaciones pueden ser muy
genuino razona
‘f»»» • ^mocion en vez de ser guia de ^°»f»nde la racionalización con el
el brillanteuniformede’° confundirse norme de un portero con el de un General.
más^uer^te»qÍͰn.'»°'»^»‘°® emoción era mucho , r- • ? , razón, y sometió a nuestra razón
al oficio subalterno dpe racionalizar.’CcirieoímaosnuqueTydingS
; j. .A

había atado condiciones económicas innecesariamente^?- malas al establecimiento de la Independencia por Sepa rado de Puerto Rico. Empezó en nuestra mente la bus- queda de una solución que volviera a armonizar la idea separatista con la idea de la justicia y de la supervi venciadelpueblo,delapatria-pueblo.Sepensóquesi K las mismas condiciones del Proyecto Tydings se esta blecían, no de un affo para otro, sino a través de un pe ríodo de, digamos, diez años, podría salvarse la patria-
pueblo de la destrucción después de establecida la Independencia Aislada. Esto también era insuficiente; pero sirvió para proteger un tiempo, en el ánimo de muchos de nosotros, la idea preconcebida del sepa^^
tismo.
En este estado de ánimo estábamos cuando se des arrollóla-campañafundadoradelPartidoPopularDemp- crático entre 1938 y 1940. Para el espíritu sensible, la gran necesidad económica de la muchedumbre de nues
tro pueblo es un dato mácizo que no permite evasivas. Yo conocía mucho a la gente sencilla de Puerto Rico; pero era poco, comparado con lo que llegué a conocerla entonces.
Lo quoaproficfic/o/poob/o
Hubo veces en que Puerto Rico aparecía ante mis ojos como una interminable vereda entre montes y ve gas y caras adoloridas. La vereda fué mi casa y mi camino; y el dolor y el afecto humano mi compañía; y entre el dolor y el afecto, como una tenue semilla, la esperanza.
De aquella enorme tertulia con mi pueblo apren
dí muchas cosas. Aprendí que hay una sabiduría de « pueblo, en campos y poblaciones, que la educación
1

puede instrumentar, pero no mejorar, en sus magní ficas esencias humanas. Yo le enseffaba algo a mu chos^ de ustedes, pero ustedes me enseflaban mási a mi. Aprendí que, en la sabiduría de pueblo, la li
bertad se^ entiende como cosa mucho más honda del corazón, de la conciencia, de la vida diaria, del surco y el arado y la herramienta, de la dignidad/ personal en todo esto. Aprendí que en el ser sencillo el concepto nacional está ausente, porque su lugar lo ocupa un entender profundo de la libertad. Aprendí que,
en esta sabiduría, se prefiere^si hay que esco£er-a quien’Igobierne respetuosameñT^sH#:>5:;de q»^ a men lo haga despóticamente desde cer^^y ese enten-^
dinTento^es base y raíziniguálabl^^^etodo gran con cepto fecieralista, de grandes uniones entre pueblos y entre hombres a través de los climas, las razas y las lenguas.^El C€>ncepto,nacionalista prefiere el gobierno despótico de los allegados por sobre el democrático de
los mas remotos. Naturalmente, el federalismo democrá tico envuelve respeto y libertad tanto en las formas cercanas como enlas más generales de gobierno.Apren dí muchas cosas,^probablemente muchas más cosas que
las que todavía se que be aprendido-aporque se aprende por siembra en el ánimo cosas que después__se cose chan en el entendimiento^ ^aprendí mejor que muchas
otTas, una cosa de laque ya sabia antes: que ‘4s indig no de la conciencia, que es la negación de todo ideal, el arriesgar, por conceptos abstractos, la esperanza de mejor vida, la profunda creencia en la libertad integral,
de la gente buena y sencilla que puebla de caminatas lalargavereda,queavecescruzacallesyplazas,que es Puerto Rico. Y aprendí todo esto, y que la gran ma sa del pueblo de Puerto Rico quiere las anchas herman dades con sus conciudadanos de la Unión Americana,
contodosloshombresdelatierra,jriejo;-quelasagrias
I

ü
Me di cuenta de que con un programa de Indepen- /
dencia Aislada jamás obtendríamos respaldo del pueblo para el desarrollo económico—justicia y producción— que tanto necesitaba el pueblo. La profunda intuición popular señalaba que era contradictorio el programa que, por una parte, hablaba de lucha en alivio de su
extrema pobreza, mientras, por otra, hablaba de una Independencia Separada que le haría perder toda espe ranza de jamás vencer la extrema pobreza; y que
damente agravaría la extremidad de esa pobreza. Ante este instinto que observé por todas las vueltas de la gran vereda, y ante la angustiosa y grave duda que en mi espíritu, como en el de otros,poma las más ^rias
n
interrogaciones, y ante la compulsión al ideal de me terlemanoaCLlivorws»grandesrproblemas ‘ «Ti cíales de tanta gente buena en Puerto Rico, surgió la fórmula, que salvó la posibilidad de todo lo que ha
venido después, la fórmula de: «el st_atus político no. está en ‘issue’;» los votos que diera el pueblo a favor^ 3eí»Partído’^i^opular Democrático no se contarían ni a favordelaIndependenciaSeparadanidelaEstáSídadí
Federada; serían votos a favor del programa ^conómico.j y social. El status político se decidiría por el pueblo/ en otra ocasión, en forma enteramente aparte de las elecciones corrientes. Presuntamente sería en un ple biscito.
/p/fbisc/to:amMoxo economfco
Esto libertó al Partido Popular Democrático de te- nci un programa que fuera enemigo de sí mismo, de tener un programa una de cuyas partes amenazaba la destrucción de la otra, cuya parte política se pudiese
desatar como huracán y destruir su parte económica. Esto libró al pueblo de Puerto Rico—más bien, a la parte del pueblo angustiada por ella—de esa perplejidad

intolerable de espíritu. Pero sólo temporeramente. Per mitió darle curso a un nuevo gran movimiento de refor¡ ma, de creación, de esperanza, que todavía está eni marcha, al que todavía le falta mucho por hacer, pof encima de lo mucho que ha podido hacer.
Pero ya dije que sólo nos libró de esa perplejidad
por un tiempo. Siempre se cernía sobre la cabeza coíeci r^ XC4.
«^1 ?*1íá: tiva un potencial plebiscito que insistíamos debía se’i
entre la Independencia Separada y la Estadidad Federal
rio <1mKnQ om/an<35ríindo econnmtf^ci lo Tr«^» ^ da—ambas amenazando económicamente la vida dej
pueblo.
Entiéndase que en esto no insistía el pueblo. Insis- tían las asamSTeas, que en e57e°°as^cto político tpn- fir^in a nn^ser tan representativas del pueblo__camj» ^
¡ispeptrtg Pf-rtnómicos.
No éramos insinceros nosotros, los de las Asam bleas.Con más lecturas y menossabiduría,seguíamos creyendo, aunque en angustiosa duda, que la decisión
debía ser entre la Independencia Separada y la Estadi^ dad Federada bajo condiciones económicas distintas a| las del Proyecto Tydings y a las de los Estados Fede-‘ rados; ,y seguíamos no discutiéndonos mucho a nos otros mismos el que las condiciones económicas nece
sarias fuesen posibles o no fuesen posibles de estable cerenlasdisyuntivasdetanrígidodilema.
1’^^ instinto del pueblo,que a vecéí sus líderes tienen que convertir en acción para guiarlo
la1ea elplebiscitoentresólolasdosformasclási’ cas, cumplió mas que la función de iluminar, la de dai tiempo a que alguna iluminación hubiera más válida; mas autóctona, por decirlo así, en la realidad de Puertt Rico. Esto lo podemos ver así ahora. No era fácil veríí
así entonces.
,\
l’i

En las elecciones de 1944 se repitió el compromiso con el pueblo de que el status político no estaba en *issue.‘ Sin embargo, habla que buscarle solución a esa parte del problema. La sabiduría de pueblo que he
señalado no consiste en creer que lo concerniente a status político carece en total de importancia. No es así. Consiste en no creer que sea importante resolverlo en fórmulas rígidas, pre-concebidas, tiranizadoras del
pensamiento y turbadoras de la voluntad creadora del hombre, que tiene mucho de criatura política en su persona integral.
Cometimos el error, por insistencia de algunos. asambleístas, de fijar, en cierto modo, término al plan» teamiento del problema: dijimos que ‘al terminar la guerra mundial.’ En efecto lo hicimos, no ante Puerto
Rico,sino ajite el Congreso de Estados Unidos, soli
citando un plebiscito. Es de notarse, sin embargo, que ya habíamos avanzado un paso más en el camino de la
realidad. El lenguaje permitía’considerar otras que no fueran tan solo las dos alternativas clásicas en toda su rigidez.
Las condiciones económicas
Rn 1Q45 fui a Washington en gestión sohre pj status político. De esa gestión resulto el proyecto presentado por el Senador Tydinp en el Senado y por el Comisio nado Pifler* en la Cámara de Representantes Federal.
En ese proyecto se presentabantres alternativas:statits independencia Separada,Íe_£¿tado_Federado y de
iSominio. En las alternativas de Independencia Separa-
ía y ^e Dominio se incluían condiciones económicas sumamente distintas a las del Proyecto Tydings origi
nalyalasdelosotrosProyectosTydingsposteriores ál original y anteriores a este. Continuaría, bajo cual- \
.i

\
ys quiera de estas alternativas, el comercio libre entre
Estados Unidos y Puerto Rico, contin^rían ingresando en el Tesoro de Puerto Rico las contribuciones de rentas internas que ingresan hoy, se extei^erían por un| largo período las ayudas federales para caminos, hospi-| tales, nutrición escolar y otras múltiples obras y servi-j cios de interés público. i
En mis conversaciones en Wáshington pude darme cuenta de que tal proyecto no tenía oportunidad alguna. de ser aprobado. Sirvió más bien para presentar unH cuadro, tanto ante el Congreso de Estados Unidos como!| ante la opinión pública de Puerto Rico, de cuáles era|n las condiciones económicas mínimas que necesitaba J Puerto Rico para poder subsistir bajo cualquier status ,| político.
Cipios del affo S.^ m. 3rie de tres^rtículos en el ppriódír,^ El Munrlr^c^ffa (set lando con especial énfasis la gravedad de nuestros problemas economices y cómo todos nuestros demás|| problemas estaban afectados por los problemas básicoS,it’ de vida de nuestro pueblo. Todavía alentaba el razona-‘í?í miento de que podrían hacerse compatibles las cond|i’ii ^ciones económicas necesarias con las alternativas|| Xpolíticas clásicas. ‘ SJi, I ílí de ese mismo aflo, 1946^ volví a ^ásjijn^ fon^como miembro eiTlI^qT? estabanrepresentadostodoslospartidosdelalegisll tura AllívolvimosalagestióndeverderesolverAl, problema de status en la forma en que hasta entonces ‘ lo entendíamos. ^ En aquellos mismos meses se estaba discutiendo^ fe encomitésdelCongresoelproyector»‘ ■» lacione£,econpmicas entre Eslndon UnídS--Eai5E3(|í
10

cuando se iniciara la independencia de Filipinas a me diados de ese mismo año. La lectura cuidadosa di£-Jas audiencias privadas, que se habían hecho publicas en un libro, sobre este problema, que tan de cerca afecta
ba al que estábamos planteando nosotros, me convenció de que era imposible^ totalmente imposible, indubita blemente impn.sible^ que Puerto Rico nhrnvi’era el derer cjio_de_escoger la indenenHencia separada en un plebis cito si no era bajo condiciones económicas desastrosas
p»i^KTnp7if>Rrrnnfnrag de toda
esperanza de poder seguir mejorando la vida de la gen te en Puerto Rico. El factor más importante que me llevó a este convencimiento fué el relacionado con los Tratados de Nación más Favorecida4
A Filipinas se proponía darle un trato económico que preservara sus ventajas de unión con Estados Unidos durante solamente ocho años,^ después se iría reduciendo gradualmente esa ventaja hasta quje quedara sin privilegio^lgun^en su relación económica
«contestados Unidos. La razón principal de esto eran Tos^Tratados de Nación más Favorecida de Estados Unidos con muchos otros países del mundo.Según estos Tratados, Estados Unidos se obliga a darle el mismo
trato económico en su comercio a cualquier país del mundo con el que tengan tal tratado como el que le den a la nación más favorecida por ellos. Evidentemente los Estados IJnído.S, que e

desasociación con la Uni&n Americana no podría en forma alguna preservarnos esas condiciones econó
micas,excepto posiblemente por un número muy breve de años, y a base de una escala disminuyente. Era evi-, dente que Estados Unidos no podían dar a Puerto Rico, si fuese país Independiente Separado, comercio libre, sin obligarse a dárselo a todos los demás países del
mundo con loscualestienenTratado de Nación más’ Favorecida, o sin crearse una dificultad diplomática enorme y totalmente innecesaria para Estados Unidos por sostener tan absoluta excepción a favor de utj. Puerto Rico separado. Esto aparte de las relaciones de afecto, confraternidad y respeto mutuo que se han des arrollado dentro de nuestra común ciudadanía.
„ Discutíestaconclusiónmíaconmiembrosdela omision del Status. Al regresar a Puerto Rico escribí otra sene de artículos en el periódico El Mundo en los
que expresaba mi conclusión. Creí que no teníamos dejl
gastando tiempo sin límite en buscar una so ucion al problema de status político que debíamos
no^ar aUniónAmeritcoatnal,me¡nstieniompoasriablneo.soItmrpos!iCblr4e>í
^ amos usar el tiempo en buscar creadoramente ‘^^^fjsticamente libre de status político, que
vida^íTef la solución de los problemas de rechos^d PuertoRico,yqueampararasusdes América^ AfinidaddentrodélaasociaciónconlaUniún
económica^ »»T condiciones embargosL malas para Filipinas eran, sin paístienemucho» P^Filipinas,debidoaqueaquel más riqueza n teritorioquePuerto Rico,mucha
relaciónasuterhori^muchos menos habitantes,con o y su riqueza, que Puerto Rico,
li’
12

Nuevo cauce
Poco después, en aquellos días de 1946 en que precisamente se estaba inaugurando la República de Filipinas separada ya de Estados Unidos, bajo con diciones económicas que hubieran sido rápidamente destructoras para Puerto Rico, me reuní con los orga nismos directivos del Partido Popular Democrático en este mismo pueblo de,,B^rran2uitas.Les expresé durante una larga y detallada explicación mis conclusiones, según las he indicado antes en el curso de estas palabras hoy. Algunos sugirieron si se podría tratar durante algún tiempo más,antes de llegar ala conclusión de que era imposible, el camino que llevábamos. Yo les dije que estaba convencido que era inútil: que aquel camino era absolutamente imposible. Sin embargo, in diqué mi disposición a intentar seguir por ese camino;
pero no por mucho tiempo. Tenía yo una sensación de
lamásgrandeinutilidadenelusodeltiei^odeaquella, juanera.Se^^n^e^^encomend^^allíquefuera elluezquCi determinaraTuándoyanovalíaseguirporaquelcami^-
——~ RflV]
En usodeestaautoridadseilicioprontÓunanueva
etapa en la brega Con este problema de status político, integrándolo ala realidad de todos los demás problemas básicos^e Puerto Rico. El problema de status político dejódeferelenemigodelasolucióndelosproblemas económicos y entró a la armonía con el esfuerzo por resolver las grandes dificultades económicasde nuestro pueblo. Creo que la velocidad que adquirió la historia
de Puerto Rico en aquellos momentos es una justifica ción,entreotras,alpuntodevifetaqueheexpresado.
Desde1917nohablaprogresoencnantoagobierno
propio en Pnerto Rrco. Despubs de aquellos momentos
demediadosde1946pasarons61odoqmeseshastaque tomo posesión como Gobernador de Puerto Rico, por
13

nombramiento del Presidente de Estados Unidos, un hnmhrp^ jp.sn.s,Pifferp. eIecto_,pi>jL,^eJL.pjieblo de Pu^tjp
Rico^para otro alto cargo^ Desde aquel momento a me diados de 1946 solamente pasaron catorce meses hasta que el Congreso de Estados Unidos le transfirió al
pueblo de Puerto Rico el derecho a elegir libre
su propio gobernador. Desde aquellos momentos a me- diados de 1946 pasaron sólo exactamente cuatro a£ag hasta que el Congreso de Pistados Unidos ofreciera crear la relación con Puerto Rico a base de convenio
aprobado por el pueblo de Puerto Rico y de constitu ción hecha por el pueblo de Puerto Rico mismo. Desde 1917 a 1946: veintinueve años sin progreso en este aspecto de la vida de Puerto Rico. Desde 1946 hasta
este momento, en cuatro aflfos, ¡el progreso enorme de estar,creando por voluntad del pueblo de Puerto Rico una nueva forma de status, una nueva forma de relación política en la Unión Americana y en toda la América! Eso ha de darnos una idea, amigos y compatriotas, de toda la energía política reprimida, malgastada sin uso, que se mantenía inmóvil al no poder usarse en nuestro
progreso político—hasta que, en 1946, se le abrió cauce ^ ^sa enorme energía política reprimida para crear nuevas formas de libertad política, armónicas con la libertad económica de nuestrp pueblo y de cada.ciuda dano y de cada hogar en nuestro pueblo, en vez de las
fórmulas rígidas y,estériles que se mantenían comoj amenaza al desarrollo integral de nuestro pueblo y que inutilizaban las grandes potencias políticas creadoras de Puerto Rico.
Quiero una vez más seffalar que lo que hemos hecho es iniciar un proceso de creación política en Puetto RicOjnomeraniente_iayentarunafórmulamág Precisa mente, un pueblo con tanta necesidad de crecer en lo^ diversos órdenes de su vida como el pueblo de Puerto Rico, no puede dejarse enredar en fórmulas. Tiene que
14
1
m

darle curso a su energía en-procesos de desarrollo, en maneras de continuo crecimiento. Nada habría mas esclavizador, nada haría a Puerto Rico más infeliz colonia de nuestra propia ceguera, que el persistir en enredar su gran fuerza para hacerse un amplísimo por venir, en fórmulas rígidas o anquilosadas u obsoles- centes, o, cuando menos, inaplicables a su grande y complicada necesidad real.
Interpretación de la Ley de Constitución y Convenio
Dije que haría hoy una recapitulación no solamente de lo político sino también de lo económico y social en los últimos affos. Antes de pasar a estos otros aspec tos, quiero seffalar un punto que considero de deber sobre el aspecto de convenio de la Ley de Constitución
y Convenio. Es evidente que todo documento de esta naturaleza puede estar sujeto a distintas interpreta ciones, y que no es difícil concebir que sean motivadas por la buena fe.
Yo rreQ–uu.g_Ja interpretación mía es la correcta y es la interpretación que, lunto a muchos otros amigos, T^oi^urante la campafla que culminó en la votación del 4 de junio. Otros le dieron otras interpretaciones. El pueblo decidió con sus votos firmar el convenio. Lo que deseo seíTalar, como deber patriótico de todos, es que el convenio^ debe interpretarse en la forma que sea
más liberal y más favorable a Puerto Rico y al fraternal entendimiento de Puerto Rico y la Unión Americana. Me parece que la motivación de todos, una vez que el
pueblohaactuadoenelsentidoenqueactuó,debeser
que el convenio se interprete en la forma de mayor
solidez, de mas ancha y más i-l j
ci j n , D- . «Onda libertad para el pueblo de Puerto Rico. Nadie dpk«.;.
t , «lauieaebeinteresarseenque se interpr<;tc en otra forma. Comr. ‘ •

  • «-orno el convenio no cierra
    Li
    15
    / caminos a otras soluciones en las que puedan creer’ cualesquiera compatriotas, me parece claro que debe mos desechar tecnicismos y, dentro de las* más amplias
    escuelas jurídicas, fortalecer la interpretación que es mejor para nuestro pueblo y para sus buenas y libres relaciones. La Constitución de Puerto Rico, como las de muchos estados federados, habrá de verse en la revisión judicial. Debe ser interés patriótico de todos sostener que en la interpretación judicial tenga la mayor fuerza posible lo que sea mejor para el pueblo de Puerto Rico. Me parece que este es un deber que va más allá de las lineas de partido o de las líneas de original división sobre como debería votar el pueblo
    el 4 de junio.
    Justicia y producci6n
    Consideremos ahora lo económico. Al iniciarse la actual etapa de nuestra historia hace apenas 12 affo^, habla la mas extrema pobreza en Puerto Rico, basada en la mala distribución de lo poco que se producía, y, naturalmente, en lo poco que se producía en si. La
    pobreza extrema de la gran masa del pueblo se refle jaba en la pobreza relativa de otros grupos economicos|, y en la insuficiente prosperidad general de todos.
    Al enfrentarnos entonces a la tribulación de núes tero \puecbDlio, veíamos con maás claridad la distribucio injusta que la producción insuficiente. Probablement es natural que asi sea en»cualquier circunstancia pare cida. Parece haber más drama en la injusticia de lo hombres unos con otros que en la insuficiencia de 1 naturale^za para el sustento de los hombres, o en 1
    limitación del esfuerzo del hombre para vencer la insi ficiente naturaleza que encuentra a su paso. Nos e mas fácil cogernos coraje unos^a otros por injusticiaí
    16 que cogerle coraje a un pedazo de tierra sin cultivar, especialmente cuando pudiera ser que la falta de cul tivo de ese pedazo de tierra tuviera su origen en nues tro descuido en cultivarla^
    Sin embargo, desde uH principio nos dimos cuenta que el esfuerzo tenfa que ser de justicia y de profli^r» Clon y no solamente de justicia en distribuir lo
    que se producía. En un comienzo soltamos mucho
    energía en corregir iniusticias que en aumentar prnHnn» cjon. Sin embargo, en la Legislatura de 1941 ya se aprobaba un proyecto que disponía que parte de lacon tribución sobre ingresos podría condonarse a los que
    invirtieran en nuevas industrias para aumentar el núme ro de oportunidades de empleo para los trabajadores de Puerto Rico. No era, todavía, un proyecto cuidado samente pensado.
    En cambio los proyectos para hacer más justicia tuvieron más efecto inmediato. Se empezó a distribuir
    fierra;prontoseestablecieronlasprimerasFincasde /fV/ ^B^^icio Proporciudál. Se perreccionó la legislación
    Jrócho horas, se inició el principio de «alari»
    la capacidad de las industrias y actividades econ^imícas para pagar los mejores salarios posibles.
    seTecllstribuyo la carga contributiva de modo que a los. Doflprosos econ¿ti-ofc> y a lo^ de mayor bienesrar y a los^nienos cerca de la pobreza les tocara aportar una contribución mayor para el meioramiento general del pueblo; se desarrolló rápidamente el programa de nutri-<‘ ción pública en las escuelas y en las estaciones de
    leche; se hizo un sistema muy modesto, pero que ha llegado a aliviar mucho dolor, de ayuda a los ancianos y desvalidos; se multiplicaron y mejoraron los centros de salud para los^que no tienen otro acceso que los que provea el Gobierno para el resguardo de sthsalud; se modernizó, amplió y fortificó la legislación obrera
    17 en general. Más allá aún de esas medidas, y de otras similares, se creó en el espíritu del pueblo de Puerto Rico una actitud de democracia y de esfuerzo democrá tico hacia la solución de sus problemas, el alivio de su dolor, y el amparo de sus derechos; y esto le dió fuerza y manera y expresión práctica a la ingénita dig
    nidad humana que lleva nuestro pueblo en su persona y en su espíritu.
    Todo esto era, además, más justa distribución de lo poco que se producía. En el aumento de lo que se producía, en proveer los medios y los estímulos para tal aumento, nos empegamos más lentamente al princi-. pió, y más vigorosamente según el transcurso del tiem
    po, el crecimiento continuo en el número de gente, la experiencia adquirida en la brega con los complicados problemas de Puerto Rico, nos han ido enseffando a todos la importancia decisiva de aumentar la product ción.
    Ya en 1^42 aprobábamos la ley que creó la Compa- fia de Fomento Industrial, y se adquiría del Gobiern<> Federal una fábrica y se empezaba la construcción de’ cuatro fabricas más para aumentar la producción indus trialdePuertoRicoycombatireldesempleo.En 194:4> en palabras que pronuncié por radio antes de la AsaíH* blea del Partido Popular Democrático aquel aíTo, pr^*
    senté el problema en imágenes claras. Dije: ‘La jusíí cia sin el aumento en la producción no puede resolver el problema del creciente pueblo de Puerto Rico. N® basta con repartir una libra de pan con justicia entre veinte personas; tiene que producirse más pan para q^^ mitigue el hambre de veinte personas. La justicia^ puede distribuir lo que hay; no puede distribuir lo que
    no se ha producido.»
    18
    / i LaBatalladelaProducción
    Comenzaron los estímulos más fuertes con la preo-‘
    cupacion más honda por lo que llamé la Batalla de la
    PXQducción. Dije aquí y en el Congreso de Estados
    Unidos que Puerto Rico tenía que tener todos los me
    dios posibles para aumentar la producción a cuatro
    velocidades: primero, aumentarla a velocidad suficien te para mantenerla al nivel del mayor número de habi
    tantes que tiene que sostener Puerto Rico todos los affos; segundo, tenemos que buscar la manera de au mentar la producción más rápidamente todavía que eso para ir disminuyendo el desempleo que ya había acumu
    lado cuando comenzó esta tarea; tercero, tenemos que tratar de aumentar la producción más todavía para seguir mejorando los niveles de vida del pueblo de Puerto Rico (no debemos satisfacernos con que muchos miles más tengan vida igualmente mala que antes; debe : haber vida constantemente algo mejor, para los muchos- miles más de habitantes que hay todos los affos en Puerto Rico); cuarto, hay que bregar por aumentar la
    producción más todavía para que no siempre se nece- ‘ siten las grandes ayudas y los grandes gastos federa les en Puerto Rico para asegurar la supervivencia y
    desarrollo del pueblo de Puerto Rico.LaBatalladelaProducción
    Comenzaron los estímulos más fuertes con la preo-‘
    cupacion más honda por lo que llamé la Batalla de la
    PXQducción. Dije aquí y en el Congreso de Estados
    Unidos que Puerto Rico tenía que tener todos los me
    dios posibles para aumentar la producción a cuatro
    velocidades: primero, aumentarla a velocidad suficien te para mantenerla al nivel del mayor número de habi
    tantes que tiene que sostener Puerto Rico todos los affos; segundo, tenemos que buscar la manera de au mentar la producción más rápidamente todavía que eso para ir disminuyendo el desempleo que ya había acumu
    lado cuando comenzó esta tarea; tercero, tenemos que tratar de aumentar la producción más todavía para seguir mejorando los niveles de vida del pueblo de Puerto Rico (no debemos satisfacernos con que muchos miles más tengan vida igualmente mala que antes; debe : haber vida constantemente algo mejor, para los muchos- miles más de habitantes que hay todos los affos en Puerto Rico); cuarto, hay que bregar por aumentar la
    producción más todavía para que no siempre se nece- ‘ siten las grandes ayudas y los grandes gastos federa les en Puerto Rico para asegurar la supervivencia y
    desarrollo del pueblo de Puerto Rico.
    XEl Gobierno llevaba un programa de hacer fábricas y seguir haciendo,fábricas por su cuenta. Pronto vimos que jamás el’Gobierno de Puerto Rico tendría fondos
    suficientes, bajo ninguna circunstancia concebible, para hacer por su cuenta fábricas del Gobierno, con
    dinero del Gobierno, que contribuyeran al aumento
    productivo y al aumento en las oportunidades dé traba jo hasta el punto en que debemos esperar que á ello
    contribuya la industrialización del pafs. Las primeras fabricaslesirvieronalGobiernomás»biendeexperien cia, de coger practica en los modos y dificultades de
    19
    la industrialización, de ponerse en contacto con la di námica industrial moderna, de desarrollar en sf mismo cierto saher-hacer en este mundo que le había sido
    bastante ajeno a Puerto Rico anteriormente. Como nos
    debemos a la búsqueda de soluciones a problemas, y %
    no a amarrarnos a cualesquiera ideas equivocadas que |j podamos haber tenido en los comienzos de cualqui|er parte de nuestro programa, buscamos ampliar la indus-
    \ trializacion diseffando estímulos a la inversión privada i de capital en la creación de nueva riqueza, de nueva capacidad productiva, de nuevas fuentes de trabajo y sustento para los trabajadores. Con exención de con tribuciones para ciertas industrias nuevas, con ayudas , en la construcción de edificios para fábricas, con I
    ciertas ayudas financieras al que esté dispuesto a
    arriesgar dinero propio en nueva producción, con la
    demostración de que el Gobierno de Puerto Rico tien^ plena capacidad para mantener el orden en medio dev^ la mas^estricta adhesión a los principios y derechos;! democráticos de los ciudadanos, hemos ido variando^,,; mejorando, intensificando, en formas nuevas, la Bata^ ( lia de la Producción. »
    ^ Por otro lado, al abrir miles de kilómetros de ca-; minos, ampliar otros para facilitar el tráfico de gentej
    y y hacerlo más económico, al impulsar medidas para el mejoramiento de la salud, que no sola-|
    inente son de justicia en dar más alegría a la vidaíl sino que son de producción en dar más fuerza al pueb^aí;j que tiene que hacer en unas formas y en otras el graip!; esfuerzo productivo-.en todas estas formas, unas vie4 jas, otras nuevas-siguiendo siempre el deber de logral el fin por medios legítimos y no meramente el deseo d¿ justificarnos en cómo comenzamos»alguna obra, s|
    fue equivocada la manera de comenzarla, hemos id por esta difícil ruta, de la que tan largo trecho hemo recorrido, de la que tanto más largo trecho nos falt
    todavía por recorrer.
    20
    p
    Ent»ndtml*nfo demoerbtlee
    Si el pueblo no hubiera.crecido en entendimiento,
    en vigor democrático, no hubiera sido posible el reco
    rrido que se ha hecho, sería imposible el recorrido que
    falta por hacer. Nuestro pueblo ha demostrado su en
    tendimiento democrático frente a un programa difícil y
    frente a la demagogia que se nutre precisamente de
    criticar los programas difíciles de entender y difíciles de hacer. A cualquier pueblo se le puede inducir
    respaldar un programa fácil. Pero se_necesíta un pue bíodn^ftanpotenclaLdjemojcjátúxa.degrandeysi S
    fflhidiirífi df Ti^pí'»‘^’, para respaldar un programa necesario, pero difícil, larj^o y duro. El pueblo de Puerto Rico,ustedes,los compatriotas qué me escu chan, han sabido hacer eso. Y ese es uno de los gran des signos de la gran valía de nuestro pueblo. Lo que hemos logrado ha sido, primeramente, siguiendo un objetivo: libertad^económica^^,libertad real,/libertad
    «integral, para la gente de carne y hueso que son nues tro pueblo, para la patria-pueblo; y, segundo, cambian-
    [do,.adaptando, perfeccionando, ensanchando o.aguzan do las maneras de perseguir ese objetivo. El objetivo no cambia. Las maneras de perseguirlo tienen que cambiar cuantas veces la conciencia honrada basada en la observación inteligente indique que así debe ser para seguir buscando el objetivo del bien para nuestro pueblo. Y se ve que, con esos dos principios(el fijo de lo que hay que lograr,el flexible y dinámico de las
    maneras que hay que buscar para lograrlo) se va des
    pacio, a veces dolorosamente despacio, a veces deses- -perantementé despacio;- pero vamos alcanzando el
    objetivo.
    Lo demogojfla
    Una forma de demagogia frente a problemas que requieren soluciones difíciles de hacer y entender, es
    21
    \
    \
    ( \
    I
    resolver lo que es necesario resolver. Otra forma de | demagogia es estar pendiente de que no se cambie 1| n^uLca^^de que lo que se empezó de una maji£xa—con- | ttñue de esa manera aunque pueda llevar al desastre. I
    Esto a veces es por vanidad de pensar siempre igual, f aunque sufran por ello cientos de miles, millones de |h seres humanos. Podemos llamarle la fidelidad al pro- | pió error. En la vida colectiva la fidelidad al propio || error es traición a la necesidad del pueblo. A veces | la demagogia es para sugerir que el que cambia la manera de. hacer algo es por algún motivo egoísta. Claro está, que hay quiénes cambian modos de ver y | hacer por motivos egoístas. Esos son los inescrupulo- ||
    %
    sos, los pequeffos de alma. Por otro lado, hay quienes no cambian modos de ver, cuando el cambio se justi- | fica, por no tener luz para ver la necesidad. Estos son | los meramente torpes, pequeffos de cabeza, o perezo^ || sos para el esfuerzo de ver, que a veces es gran es* í fuerzo. Los que cambian a lo que ven más claro para | lograr fines generosos y justos, esos son los puros de | corazón. Vamos a tratar siempre, todos, de ser de estos g últimos, puros de corazón, si es que Dios no ha queri»|| do que inocentemente seamos de los faltos de cabezai|| pero vamos a no ser nunca, ninguno, de los que primé-¡;|; ramente seffale: de los que cambian, o no cambian»
    . proponer soluciones fáciles, fáciles de entender, fáci
    l
    ll
    le les de intentar, pero que en ninguna forma podrían |
    cambian lo hacen por motivos pequeffos y ego* | ístas, y si no cambian también obedecen a motivos | egoístasypequeffos.. i |
    Cómo debt ser /« Constitución
    Puerto Rico esta en medio de un proceso constitu] cíonal por primera vez en toda su historia. No estS demás que seffale ciertos puntos de vista sobre lo quq^
    Y’
    22
    ■N í
    ,,ñ
    á mi juicio, debe ser una constitución en Puerto Rico, yo que nuest^i^ rrtnsti’tiirión debe ser lo
    ~te^islativa posible; es decir, la constitución debe es tablecer un poder legislativo, definir su composición, su elección y su duración, su frecuente renovación por el pueblo, y hecho esto darle al poder legislativo la mayor libertad posible para bregar con los problemas del pafs. La constitución en si no debe tratar de legis lar. Mientras más legisle la constitución menos podrá legislar la legislatura. Y la constitución es difícil de enmendar mientras que la legislatura periódicamente llega a la voluntad del pueblo para que sus miembros sean ratificados o cambiados. Todo^Xo—qiip ar-orta Poder Legislativo pndpr pnpKlr.
    cambio,laconstitucióndebeserlomásestric-^
    *^^q»^sea posible en la protec<ñón»de los dererhog Af T 1-^sindividuosydelasminorfa^Alreferirmpá
    rías no lo hago tan solo a las políticas, sino a todas
    las minorías que hay en el seno de una comunidad: políticas,religiosas,raciales,intelectuales.La demo cracia implica que los individuos tienen derechos qué no pueden ser destruidos ni por la voluntad de la ma- yoría.í^Implicaquelasminoríastienenderechosqueno pueden ser destruidos por la voluntad de la mayoría.
    Losderechosdelamayoríasonalegislarydesarrollar
    programas en toda aquella área de acción pfiblica en ‘ que pueda desarrollar sus propósitos sin quebrantar
    derechos básicos de individuos o de minorías-inclu yendo, desde luego, aquellos derechos básicos sin los cuales las minorías nunca podrían convertirse en
    mayorfas^Me refiero a la libertad de palabra, de reli gión deprensa,dereunión,depeticiónpacífica:todos los derechos que una minoría que tenga razón pueda,
    al estar en libertad de utilizarlos, ir convenciendo a . , ,, ir convencienao a
    layoría de que llegue a respaldar sus puntos de vista y sus propósitos colectivos. Todos estos
    una m
    23
    derechos, repito, deben tener lá más estricta y eficaz protección en las cláusulas de la Constitución de Puerto Rico. Algunos de ellos, aunque están prote gidosendisposicionesdelaConstitucióndelaUnión .
    Americana que se aplican a Puerto Rico, pudieran no|;iÍ estar protegidos en toda la extensión en que nuestrogj pueblo desee protegerlos; y nuestra constitución es d sitio en el cual la voluntad de nuestro pueblo puede fortalecer el amparo a esos derechos. ‘
    11 Hay disposiciones de reglamentación publica q|ue
    son muy buenas en sf y que, sin embargo, por razo|nes ; que acabo de explicar, no corresponderían en el tex|to de una constitución.La inmensa mayoría de las le|yesi sociales son atributo inherente a una democracia m|o-v derna; y, sin embargo, solamente algunas disposicio- nes de tal índole corresponderían en la rigidez de una ||^ constitución. Todo lo que pueda ser legítimamente||va*
    riadoensuformaosustanciaporuncambioen ff opinión de la mayoría del pueblo, reflejado en el go|:| bierno que elige, sin comproneter ningún derecho indi» vidual o de minoría, debe estar en manos del poder legislativo, o sea, del poder que frecuentemente se somete a la voluntad del pueblo a través de los votoS
    ^Todo lo que fuere ilegítimo hacer, aun para una mayo* ría, porque envuelve derechos básicos de individuos o de minorías, corresponde que se le proteja plenamente
    en la constitución.
    Fines de la Constitución
    Una constitución cumple tres fines: primero, desig» narjpda la estructura del go-biexcLO-en la forma^que siiS que la hacen,y que elpueblo, que ha de aprp»
    baria, crean de mayor utilijad y de mayor garantía pat^^l iv:
    la democracia y para^íodos los desarroííos socialeá^
    24
    (íi
    económicos, culturales, políticos, bajo la democraciaj_ segundo, gar^ajitfas a i.nd_i^ y a mjnorfas al limitar los poderes de las distijitas_p,artes del^gpbiernp^^^^^ das por igj;pns^dtud¡¿ y tercero, expresar los ideales básicos de vida que mueven al pueblo que hace de esa constitución su ley fundamental. En esta terce-
    ^ra función, sobre todo en un pueblo sin experiencia
    constitucional efectiva como el nuestro,puede la cons titución ejercer una influencia educativa de gran efica cia. Debemos cuidarnos, sin embargo, de que la cons
    titución no ordene nada que no pueda cumplirse en la realidad. Un documento constitucional no debe perder fuerza moral para sus partes efectivas por contener otras partes imposibles de poner en vigor,por lo menos en el momento en que se apruebe. Ejemplo de esto es la Prohibición que fué parte de la Constitución federal durante trece affos. No solamente no se cumplió el mandato constitucional sobre la Prohibición, sino que
    Se debilitó el respeto a otras cláusulas dé la constitu ción y a las leyes en general.
    Actitud antidumocrhtica
    Me entero de que uno de los partidos políticos de Puerto Rico ha decidido no concurrir a las elecciones del 27 de agosto. No veo razón por la cual no pudieran los delegados que eligieran con los votos que tuvieren ir a la asamblea constituyente y plantear sus puntos
    de vista sobre la naturaleza de la constitución en sí y, además, ayudar a que la constitución, aunque no Sea la que favorecerían si fueran mayoría, pudiera ser tal vez perfeccionada por la gestión de ellos dentro de la naturaleza de unión con Estados Unidos que es
    la voluntad mayoritaria.
    [■» /S
    Sin embargo, si por razones que le parezcan ade cuadasnodeseanvotarniafavorniencontra,me parece que el procedimiento más democrático, y el
    que se presta a menos reclamaciones engaflíosas des- I pues, es el de concurrir a las urnas y depositar las papeletas en blanco. Ya sobre la votación del 4 de junio se han hecho reclamaciones estadísticas incli nadas a contar los que dejaron de ir a las urnas como contrarios a la constitución. Esto, naturalmente, no
    .tiene realidad alguna. En Estados Unidos continenta- ‘les, donde la costumbre de votar en elecciones donde
    no hay envueltas candidaturas viene de muchos a|ffos^ concurre a las urnas un total de electores a esta clase I de elecciones mucho más pequeíTo, menos de la mitad I del que concurrió en Puerto Rico el 4 de junio. Recia
    mar para sí los que no votaron el 4 de junio; y ahora. 27 de agosto, cuando se va a votar bajo las insig
    nias de partidos, decidir no ir a votar, es declararse culpables los líderes de ese partido de un timo a la. opinión publica, y querer ocultarse en el momento en que, con votos y con números, puede quedar probadojllí eltimoantelaopiniónpública. |
    |:| Por eso yo le aconsejo a estos compatriotas, si|í|
    no quieren estar sujetos a la sospecha de ese timo,í|S que concurran a lasurnas el día 27 de agosto y depo-|Q siten sus papeletas en blanco. Entonces, haciéndolo, así,^ si realmente eran muchos el 4 de junio se compro-:, bara el 27 de agosto, y se libertarán dé haber atentado! un timo a la opinión pública de Puerto Rico. Si no lo
    hacen, si no van a depositar sus votos en blanco par que se lescuenten,estarán probando el timo, y la in- dar el timo, Y mal cuadra en la democracia.
    que a un mismo grupo de hombres se le pueda seffalai que expresan su respeto y admiración a la violencii como medio de cambiar el gobierno,(Resolución dic
    Aguadilla de noviembre de 1950) y que tratan de ds
    26
    un timo con votos que no se cuentan. Los seguidores de buena fe de quienes asf proceden deben observar conjuntamente estos dos signos antidemocráticos, contrarios a la libertad de la gente. Hablan esos líde res en nombre de la Independencia Separada de la patria-nombre; pero respetan la violencia de terroristas contra la patria-pueblo y dan timos sobre los contajes
    de votos de la democracia.
    Significado de Luis Mufíoz Rivera
    Hemos hablado hoy de la evolución en lo político y en lo económico; de cómo buscando siempre un obje tivo incambiable de libertad integral armónica en todos sus aspectos para el pueblo de Puerto Rico, se deben
    llevar los métodos (]ue mas se adaptan, y se vayan adaptando, a la realidad para lograr esos fines. Dije
    al principio que esta recapitulación arrojaría luz no sólo sobre el trabajo de esta generación sino también sobre el significado de Luiz Muffoz Rivera, cuyo día hoy conmemoramos. Creo que si algo, por encima de’ otras cosas, representó Muffoz Rivera en el desarrollo del pueblo Puerto Rico,fué suinflexible amor al pueblo y su dinámico yflexible uso de todos los medios lícitos de la realidad para que su amor alpueblo se convirtiera en el mayor bien, en la mayor libertad real para el
    Pueblo.
    Así,en circunstancias tan distintas a los de su día, le rendimos tributo a la eterna fidelidad de su espíritu a la libertad real y entera de su pueblo.
    27
    XEl Gobierno llevaba un programa de hacer fábricas y seguir haciendo,fábricas por su cuenta. Pronto vimos que jamás el’Gobierno de Puerto Rico tendría fondos
    suficientes, bajo ninguna circunstancia concebible, para hacer por su cuenta fábricas del Gobierno, con
    dinero del Gobierno, que contribuyeran al aumento
    productivo y al aumento en las oportunidades dé traba jo hasta el punto en que debemos esperar que á ello
    contribuya la industrialización del pafs. Las primeras fabricaslesirvieronalGobiernomás»biendeexperien cia, de coger practica en los modos y dificultades de
    19 la industrialización, de ponerse en contacto con la di námica industrial moderna, de desarrollar en sf mismo cierto saher-hacer en este mundo que le había sido
    bastante ajeno a Puerto Rico anteriormente. Como nos
    debemos a la búsqueda de soluciones a problemas, y %
    no a amarrarnos a cualesquiera ideas equivocadas que |j podamos haber tenido en los comienzos de cualqui|er parte de nuestro programa, buscamos ampliar la indus-
    \ trializacion diseffando estímulos a la inversión privada i de capital en la creación de nueva riqueza, de nueva capacidad productiva, de nuevas fuentes de trabajo y sustento para los trabajadores. Con exención de con tribuciones para ciertas industrias nuevas, con ayudas , en la construcción de edificios para fábricas, con I
    ciertas ayudas financieras al que esté dispuesto a
    arriesgar dinero propio en nueva producción, con la
    demostración de que el Gobierno de Puerto Rico tien^ plena capacidad para mantener el orden en medio dev^ la mas^estricta adhesión a los principios y derechos;! democráticos de los ciudadanos, hemos ido variando^,,; mejorando, intensificando, en formas nuevas, la Bata^ ( lia de la Producción. »
    ^ Por otro lado, al abrir miles de kilómetros de ca-; minos, ampliar otros para facilitar el tráfico de gentej
    y y hacerlo más económico, al impulsar medidas para el mejoramiento de la salud, que no sola-|
    inente son de justicia en dar más alegría a la vidaíl sino que son de producción en dar más fuerza al pueb^aí;j que tiene que hacer en unas formas y en otras el graip!; esfuerzo productivo-.en todas estas formas, unas vie4 jas, otras nuevas-siguiendo siempre el deber de logral el fin por medios legítimos y no meramente el deseo d¿ justificarnos en cómo comenzamos»alguna obra, s|
    fue equivocada la manera de comenzarla, hemos id por esta difícil ruta, de la que tan largo trecho hemo recorrido, de la que tanto más largo trecho nos falt
    todavía por recorrer.
    20
    p Ent»ndtml*nfo demoerbtlee
    Si el pueblo no hubiera.crecido en entendimiento,
    en vigor democrático, no hubiera sido posible el reco
    rrido que se ha hecho, sería imposible el recorrido que
    falta por hacer. Nuestro pueblo ha demostrado su en
    tendimiento democrático frente a un programa difícil y
    frente a la demagogia que se nutre precisamente de
    criticar los programas difíciles de entender y difíciles de hacer. A cualquier pueblo se le puede inducir
    respaldar un programa fácil. Pero se_necesíta un pue bíodn^ftanpotenclaLdjemojcjátúxa.degrandeysi S
    fflhidiirífi df Ti^pí'»‘^’, para respaldar un programa necesario, pero difícil, larj^o y duro. El pueblo de Puerto Rico,ustedes,los compatriotas qué me escu chan, han sabido hacer eso. Y ese es uno de los gran des signos de la gran valía de nuestro pueblo. Lo que hemos logrado ha sido, primeramente, siguiendo un objetivo: libertad^económica^^,libertad real,/libertad
    «integral, para la gente de carne y hueso que son nues tro pueblo, para la patria-pueblo; y, segundo, cambian-
    [do,.adaptando, perfeccionando, ensanchando o.aguzan do las maneras de perseguir ese objetivo. El objetivo no cambia. Las maneras de perseguirlo tienen que cambiar cuantas veces la conciencia honrada basada en la observación inteligente indique que así debe ser para seguir buscando el objetivo del bien para nuestro pueblo. Y se ve que, con esos dos principios(el fijo de lo que hay que lograr,el flexible y dinámico de las
    maneras que hay que buscar para lograrlo) se va des
    pacio, a veces dolorosamente despacio, a veces deses- -perantementé despacio;- pero vamos alcanzando el
    objetivo.
    Lo demogojfla
    Una forma de demagogia frente a problemas que requieren soluciones difíciles de hacer y entender, es
    21